El respeto y dónde ganárselo
Nuevo capítulo polémico en el paso de Joao Félix por el Atlético de Madrid, como viene siendo habitual, fuera de los terrenos de juego
Si encima eres la estrella, con más motivo; pero si además eres el fichaje más caro de la historia del club, una apuesta personal de la dirección deportiva, el respeto te lo tienes que ganar convirtiéndote en el mayor ídolo de la afición, que coreen tu nombre cada domingo. Pues eso, con Joao Félix en el Atlético de Madrid, no ha pasado en las casi cuatro temporadas que suma el portugués con la elástica colchonera.
Porque el portugués llegó al Metropolitano con la vitola de proyecto de futuro balón de oro. Costó más de 120 millones de euros e ilusionó a una afición tan tocada por la marcha de un emblema de la historia reciente del club como es Antoine Griezmann, que acababa de poner rumbo al FC Barcelona por una cantidad similar. El Atlético parecía el claro ganador en esa operación. Al final Antoine, aunque era en ese momento de los mejores futbolistas del mundo y el líder de la selección francesa campeona del mundo, recién había cumplido los 28 años y lo estaban sustituyendo por la mayor promesa de Portugal, con 19 años y con toda Europa peleándose por él, era un golpe de efecto.
Y con la pretemporada ilusionó, ese adolescente se acababa de merendar él solo a clubes de la talla del Real Madrid (3-7) o la Juventus de Cristiano Ronaldo (2-1). Unos primeros meses muy buenos a decir verdad, y entonces empieza a apagarse con la pandemia. La afición es sabia, sabe que es joven, son conscientes de su potencial y de las alegrías que puede dar. Voto de confianza, no dejan de creer en el menino, fieles a su filosofía.
Parece dar sus frutos, 50 puntos se marca el Atleti en la primera vuelta, menudo socio tiene Luis Suárez. Y entonces otro apagón, menos descarado tal vez, pero es el segundo ya. Queda en segundo plano por la consecución del título liguero, pero el Cholo es muy listo, lleva muchos años en esto, sabe que algo falla con este chico. Empieza a explotar todo.
El punto de ebullición: el regreso de Antoine Griezmann. Por supuesto, sin el beneplácito de la afición. No hace falta ser ingeniero para saber que a Joao no le debió hacer mucha gracia el regreso del internacional francés, que podía quitarle el puesto de privilegio que aún por entonces ostentaba.
La diferencia está en que Griezmann lleva ya muchos años en esto y sabe que convertir los pitos en aplausos no se hace a través de declaraciones ni con gestos hacia la grada, se hace con goles y asistencias. Hoy, uno es el ídolo de la afición y el otro, según sus declaraciones, está como loco por irse al Barça, qué irónico todo.
Retomamos, invierno 2021, empiezan los 'gestitos', las malas caras al aficionado que únicamente te pide desde la grada que honres su escudo, gesto de 'a callar' por marcar goles en un entrenamiento; esta última no la vi venir, no sé si va para el aficionado que le critica o para el Cholo por no ponerlo. Quién sabe, lo mismo eran para el 'Profe' Ortega por hacerle dar tres vueltas al campo de más.
La afición ya no confía en ti, el entrenador se ha cansado de temas extra deportivos que afectan al vestuario y, para colmo, el equipo a la deriva eliminado de la Champions League a las primeras de cambio por el Brujas y el Oporto. Ocurrió lo mejor que le podía pasar al Atleti: apareció el Chelsea, con una oferta de cesión con opción de compra. Simeone encantado, Joao más aún.
El peak llega cuando tampoco rinde en Londres y el nuevo entrenador decide no contar con él; conclusión: de vuelta a Madrid, al club en el que aún tiene contrato, pero a él parece darle igual. Ya no le importa la sutileza, como vea una cámara, da para un telediario. Filtra a la prensa que se ha ofrecido a media Europa (Aston Villa, PSG...), ¿el problema? que con esa actitud nadie te quiere en un vestuario, El Atleti es otro desde que Joao no está, remontó el vuelo. Eso no queda bien en el currículum.
El último episodio son estas declaraciones: "Me encantaría jugar en el Barcelona. ha sido siempre mi primera opción y me encantaría unirme al Barça. Siempre ha sido mi deseo desde que era un niño. Si eso ocurre, sería un sueño hecho realidad para mí” según ha comentado Fabrizio Romano, estas declaraciones son suyas. Si encima de querer el divorcio mencionas a terceras personas, el rato que vas a pasar no es agradable.
Hay una cosa que no se debe perder nunca, y es el respeto; y Joao Félix parece que lo perdió hace mucho tiempo por el equipo que apostó por él. No se sabe cómo terminará la cosa, pero la realidad es que un chico que apuntaba a ser héroe de la afición atlética durante muchos años se ha convertido en el peor de los verdugos.
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